El Tarot es un sistema de adivinación que utiliza una baraja de cartas con símbolos y figuras que representan diferentes aspectos de la vida y la experiencia humana. Estas cartas se utilizan para realizar predicciones, ofrecer orientación espiritual, y explorar la psicología personal.
La historia del Tarot se remonta a las primeras décadas del siglo XIII, cuando los mercaderes del Mediterráneo trajeron el primer mazo de cartas conocido en Occidente, llamado Mamluk, desde China, Persia y África. Durante el siglo XV en Europa, se agregó un quinto palo a los naipes, incorporando los triunfos, que eran cartas con dibujos de flores o escenas variadas y que resultaban superiores a las de los palos ordinarios. Estas figuras formaron la base de los 22 arcanos mayores del Tarot.
El mazo completo del Tarot, con 78 cartas, se organizó con 22 triunfos numerados del 1 al 21, más El Loco (la carta sin número) y 56 cartas divididas en cuatro palos: Oros, Bastos, Espadas y Copas. Con el paso del tiempo, el Tarot comenzó a tener un uso adivinatorio y a ser común en reuniones sociales, donde se pedía a las personas que sacaran al azar alguna de las 22 cartas triunfadoras para describir su personalidad o destino.
El Tarot ha sido utilizado en prácticas hermenéuticas, mágicas, místicas, y semióticas, así como por el pueblo romaní para adivinar el futuro. Su origen es incierto, y su distribución comercial más conocida fue a través del Tarot de Rider-Waite-Smith en Inglaterra en 1909. Esta baraja se convirtió en un fenómeno cultural que se extendió a nivel internacional.
En la actualidad, el Tarot es apreciado por su riqueza simbólica y su capacidad para ofrecer reflexiones profundas sobre la vida y el destino. Sus imágenes y símbolos resuenan con una amplia variedad de personas, incluyendo a la comunidad queer, que ha celebrado el arte y la práctica del Tarot como representación de la vida queer misma.
Esta breve historia ilustra la evolución del Tarot desde sus inicios en el siglo XIII hasta su presencia en la cultura contemporánea, mostrando su capacidad para adaptarse y resonar con distintas comunidades a lo largo del tiempo.
